La Peña de los Enamorados, símbolo de Antequera
Si hay un lugar que representa el espíritu de Antequera, ese es la peña de los enamorados, un peñón calizo que se eleva a 874 metros sobre el nivel del mar y que se distingue por su forma de rostro humano que mira al cielo.
Desde lejos, parece que un gigante dormido custodiara la ciudad, y por eso también se le conoce como “el indio de Antequera”.
La peña de los enamorados es mucho más que una curiosidad geológica. Es un lugar cargado de historia, cultura y naturaleza, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto con el Torcal y los Dólmenes de Antequera. En su entorno se han encontrado restos arqueológicos que demuestran la ocupación humana desde el Paleolítico Inferior hasta la época romana y medieval. Entre ellos destaca el yacimiento de la Edad del Bronce, que se relaciona con la cultura del Argar y que supone uno de los asentamientos más occidentales de esta civilización.
Pero lo que más llama la atención de la peña de los enamorados es la leyenda que le da nombre, una historia de amor y tragedia que se remonta a la Edad Media y que ha inspirado a numerosos escritores y artistas. Según la leyenda, un joven cristiano llamado Tello, que estaba cautivo en Granada, se enamoró de una bella mora de Archidona, Tagzona, y ambos decidieron escapar hacia las tierras cristianas de Antequera. Pero fueron perseguidos por el padre de la joven, que mandó a sus arqueros para capturarlos. Los amantes se refugiaron en la cima de la peña, y al verse rodeados, prefirieron morir juntos a vivir separados, y se lanzaron al vacío abrazados. Desde entonces, la peña se conoce como la de los enamorados, y se dice que su silueta es la de los dos amantes unidos por la eternidad.
La peña de los enamorados es un lugar que merece la pena visitar, tanto por su valor natural como por su significado histórico y sentimental. También se puede realizar una ruta de senderismo que recorre su perímetro y que permite apreciar su flora y fauna. Y por supuesto, se puede contemplar la peña desde Antequera, y sentir la magia de este símbolo de la ciudad.
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