Visita los Dólmenes y adéntrate en un viaje a la Prehistoria en la Provincia de Málaga
Los Dólmenes de Antequera, también conocidos como el Conjunto Dolménico de Antequera, constituyen un destacado patrimonio arqueológico
Este conjunto megalítico, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2016, es un testimonio tangible de la habilidad y la ingeniería de las culturas prehistóricas que poblaron la región hace miles de años.
El Conjunto Dolménico de Antequera está compuesto por tres monumentos principales: el Dolmen de Menga, el Dolmen de Viera y el Tholos de El Romeral. Cada uno de estos dólmenes presenta características únicas y proporciona valiosa información sobre la vida y las creencias de las comunidades neolíticas y calcolíticas que los construyeron.
El Dolmen de Menga, el más grande de los tres, destaca por su imponente cámara funeraria y su entrada orientada hacia el este. Este monumento megalítico, erigido hace aproximadamente 6.000 años, sugiere un profundo conocimiento astronómico por parte de sus constructores. La disposición precisa de las piedras y la alineación con eventos astronómicos estacionales dan testimonio de la complejidad y la sofisticación de la cultura que lo creó.
El Dolmen de Viera, por su parte, se caracteriza por su corredor de acceso y su cámara poligonal. Este monumento, también datado en el Neolítico, evidencia la diversidad arquitectónica de las tumbas megalíticas de la región. La disposición de las piedras y la atención al detalle en la construcción revelan un profundo respeto por los rituales funerarios y la espiritualidad de estas antiguas sociedades.
El Tholos de El Romeral completa este conjunto megalítico. Aunque de dimensiones más modestas que los otros dos dólmenes, destaca por su singular forma circular. Este diseño inusual subraya la creatividad y la diversidad en la construcción de tumbas megalíticas en la prehistoria, desafiando las expectativas tradicionales de la arqueología.
El Conjunto Dolménico de Antequera no solo es un testimonio arqueológico, sino también un lugar que evoca una conexión tangible con el pasado. La monumentalidad de estos dólmenes, su enigmática arquitectura y su enraizamiento en la tierra andaluza contribuyen a crear una experiencia única para los visitantes, transportándolos a una época en la que la vida cotidiana estaba profundamente entrelazada con la espiritualidad y las prácticas funerarias.
La importancia de este conjunto megalítico no solo radica en su antigüedad y su valor histórico, sino también en su capacidad para inspirar preguntas sobre la naturaleza humana y el desarrollo de las civilizaciones. Los Dólmenes de Antequera son un testimonio tangible de la creatividad, el ingenio y la espiritualidad de las comunidades prehistóricas, recordándonos la importancia de preservar y comprender nuestro pasado para construir un futuro más enriquecedor.
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