Este histórico convento es un verdadero tesoro que combina la belleza, la cultura y la tradición
El Convento de la Ascensión data del siglo XVIII. Originalmente se trataba de un cortijo, llamado Villa Ascensión y que dio origen a la población actual.
El convento de Villa Ascensión fue fundado en 1730 por el obispo de Málaga, fray Alonso de Santo Tomás, para albergar a una comunidad de monjas franciscanas de la orden de la Inmaculada Concepción.
El convento se construyó sobre una antigua ermita dedicada a la Virgen de la Ascensión, de la que tomó su nombre. El convento fue uno de los más importantes de la provincia, llegando a tener más de 40 religiosas y una gran influencia en la vida social y cultural de la zona.
Este lugar fue usado como convento por las monjas terciarias franciscanas. En 1917 estuvo funcionando como colegio y parvulario hasta 1978. A partir de ahí, funcionó como guardería infantil hasta finales del siglo XX.
El convento se caracteriza por su arquitectura barroca, con una fachada principal de unos 30 metros de largo de piedra y ladrillo, donde destaca un antiguo reloj de sol y un escudo con las armas del obispo fundador. El convento tiene un patio interior con una capilla y una espadaña, donde se conserva la imagen de la Virgen de la Ascensión, una talla de madera policromada del siglo XVIII. El convento también cuenta con un claustro, una sala capitular, una cocina, una enfermería y varias celdas, donde se puede apreciar el estilo de vida austero y sencillo de las monjas.
El convento de Villa Ascensión fue desamortizado en 1835, durante el reinado de Isabel II, y pasó a manos privadas. En 1986, el Ayuntamiento de Mollina lo adquirió y lo restauró, convirtiéndolo en un centro cultural y un museo. Actualmente, el convento acoge exposiciones, conferencias, conciertos y otras actividades culturales, así como visitas guiadas para conocer su historia y su patrimonio.
No dudes en visitar este precioso convento en el corazón de Mollina
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