Una Mirada Detallada a la Creación y Diseño de un Teatro de los Años Treinta
En los primeros meses de 1933, los reconocidos arquitectos Antonio Sánchez Esteve y Daniel Rubio fueron encargados de un proyecto de construcción.
La obra comenzó a finales de abril de ese año, con la empresa de Puente Genil, liderada por Salvador Rey Luque, como contratista. El diseño de Sánchez Esteve y Rubio fue llevado a la realidad por esta empresa, con un costo inicial de 160.305 pesetas y 47 céntimos. A esto se sumarían posteriormente los costos de acondicionamiento del edificio, incluyendo calefacción, butacas, instalaciones eléctricas, escenario, cortinas, decoración, equipos de cine y sonido.
El edificio resultante se ajusta perfectamente a la estética del Art Decó, con una abundancia de formas angulares, una marcada simetría y una constante distribución regular de espacios y bandas paralelas. Esto no deja lugar a dudas sobre su adscripción estilística, y podría considerarse casi un modelo en este sentido.
El edificio se inscribe en el movimiento de la arquitectura racionalista en Andalucía, que tuvo un gran auge en los años treinta en nuestra comunidad. Edificios de estas características surgieron en todas partes, inundando en algunos casos el paisaje urbano tradicional.
En cuanto a su acabado interior, es importante destacar que la base de esta decoración estaba en la sala, con iluminación indirecta y cambio de colores, que proporcionaba combinaciones sugerentes y sorprendentes. Las hornacinas con cactus estilizados situadas a los lados del escenario, sobre las puertas de salida, fueron consideradas en su momento como elementos muy originales. Una línea de luz rodeaba la boca del escenario, que también estaba equipado con una batería eléctrica para crear las condiciones necesarias para las escenografías y espectáculos teatrales. La sala se presenta sin columnas que impidan la correcta visión del escenario, gracias también a una ligera inclinación del terreno. La capacidad era de 800 butacas.
El edificio cuenta con un patio general y un anfiteatro para localidades preferentes, cuyas butacas estaban tapizadas. Además, el edificio estaba equipado con dos bares de estilo americano, cuya decoración iba acorde con el resto del edificio. También contaba con guardarropas, lavabos y retretes, con todas las condiciones higiénicas más modernas. Hay que recordar que en esa época, muchas casas en Antequera carecían de este servicio básico, o era compartido por varias familias. Todo el cine contaba con un sistema de calefacción y una serie de dependencias administrativas. Finalmente, el material de proyección con el que se equipó fue una máquina Klangfilm, doble, con proyectores A.E.G. y su correspondiente equipo de sonido. La primera proyección se realizó el 21 de enero de 1934, y la inauguración oficial fue el 10 de febrero, con la proyección de la película “El hombre León”, una producción de Paramount.
Actualmente el edificio se encuentra cerrado.
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