La antigua Iglesia de San Pedro fue reconstruida en 1574 debido a su tamaño insuficiente
La Iglesia de San Pedro se incluye en el grupo de iglesias renacentistas columnarias de Antequera, pero se distingue por su bóveda de crucería gótica en contraste con las armaduras mudéjares de otras iglesias de la ciudad.
Destaca la capilla de Ánimas, decorada con impresionantes yeserías en su bóveda y arco. Entre las obras más destacadas se encuentran el Cristo de las Penas, una escultura del siglo XVII con una anatomía elaborada y brazos casi verticales, y la pila bautismal del siglo XVI, tallada en piedra caliza roja del Torcal.
El templo, de seis tramos, presenta una nave de menor altura en los dos primeros tramos laterales. Los pilares internos son robustos y las columnas de fuste liso, más propias del estilo gótico que del renacentista. Las bóvedas de crucería, decoradas con yeserías barrocas, se destacan especialmente en la nave del Evangelio.
El retablo de la capilla mayor, adornado con yeserías policromadas del siglo XVIII, alberga trece lienzos sobre la venida del Espíritu Santo. Encima se encuentra un cimborrio de estilo manierista, posiblemente obra de Mohedano, traído de Santa María la Mayor.
Obras de arte destacadas incluyen la Virgen del Silencio, la Virgen del Consuelo y una magnífica Inmaculada en la hornacina-camarín. La capilla de las Ánimas, decorada con elegantes yeserías de 1727, también es notable.
En la nave de la Epístola, se encuentra la escultura del Cristo de las Penas, y en la sacristía, con bóveda de medio cañón y pinturas en grisalla, se pueden apreciar piezas como la mesa central y el aguamanil en piedra roja del Torcal.
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