La riqueza artística de la Iglesia constituye un testimonio vivo de la creatividad y devoción de siglos pasados.
La iglesia de San José, situada en Antequera, se erige como un destacado ejemplo del barroco antequerano.
Con una fachada que evoca el estilo castellano a través de una composición rectangular coronada por un frontón triangular, construida entre 1707 y 1734, su estructura de ladrillo magníficamente labrado y tallado alberga un complejo programa decorativo de inspiración grecorromana, donde sirenas, tritones, pegasos y mascarones dan vida a su arquitectura.
En su interior, la planta de cruz latina alberga un retablo mayor de tres calles, destacando la figura de San José, obra del siglo XVII, aunque la original sufrió daños y fue restaurada por Andrés de Carvajal. Los retablos colaterales muestran esculturas de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, datadas en los siglos XVIII y XX respectivamente.
Las pinturas son otro punto de interés, como la tela de Pedro Atanasio Bocanegra que representa a la Virgen con el Niño, San Miguel, San Gabriel, San Ildefonso y Santa Catalina.
El museo conventual de las Descalzas, inaugurado en 1999, exhibe una amplia colección de obras artísticas, desde esculturas hasta pinturas, algunas de las cuales se remontan al siglo XVII.
Las salas del museo, como la de la Tribuna, la de San Luis y la de la Soledad, exhiben obras de destacados artistas como Pedro de Mena, Antonio Mohedano y Nicolás Fumo, entre otros. Destacan también las piezas de platería, reliquias y documentos históricos, como una carta autógrafa de Santa Teresa.
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