Ubicado en Antequera, el Convento de Belén pasó a ser ocupado por las religiosas Clarisas, quienes aún residen en el lugar como monjas de clausura.
Antequera, el Convento de Belén, situado en Antequera tiene una rica historia que se remonta al siglo XVII. Originalmente perteneció a los Carmelitas Descalzos hasta el siglo XIX, cuando pasó a ser ocupado por las religiosas Clarisas, quienes aún residen en el lugar como monjas de clausura.
Además de su función religiosa, el convento es conocido por su labor artesanal, especialmente en la elaboración de mantecados y dulces.
La construcción del Convento de Belén comenzó en 1628 y destaca por su sobria fachada, que combina piedra labrada y ladrillo. El interior presenta una planta de cruz latina, con capillas laterales comunicadas entre sí y una elevada cúpula en el crucero.
Uno de los aspectos más impresionantes es la decoración de yeserías barrocas, que se destacan por su antigüedad y belleza, con fondos azules que contrastan con el resto del conjunto arquitectónico de Antequera.
La capilla mayor es especialmente notable, decorada de manera singular con elementos ilusionistas y reales. Alberga cuatro imágenes de interés, incluido un enorme lienzo de La Adoración de los Pastores atribuido al hermano Fray Domingo.
Otros aspectos destacados incluyen los camarines de la escultura de Jesús Caído en el Monte y la Virgen de los Dolores, así como diversas obras de arte, como pinturas y esculturas, que datan de diferentes épocas y estilos.
El Convento de Belén es un magnífico ejemplo de la arquitectura religiosa del siglo XVII en Antequera, y su visita ofrece una experiencia única para apreciar la historia y el arte de la región.
¿Todavía no has visitado el Convento de Belén? ¡Te va a encantar!
Deja una respuesta